Política de género/sexualidad/sexo

La Iglesia Bíblica Bautista Betel es una comunidad centrada en Cristo que tiene una misión motivada para honrar la persona, la obra y las enseñanzas de Jesucristo. Estos incluyen ejercitar el amor a todos, comprender que todos los seres humanos tienen la imagen de Dios y una cosmovisión bíblica que identifica una moralidad innata que gobierna la creación derivada de su Creador.

Esta política aplica nuestra identidad antes mencionada para abordar los temas de sexo, sexualidad e identidad de género. Tomaremos decisiones institucionales a la luz de esta política con respecto a la admisión y retención de miembros, contratación y retención de empleo y otros asuntos, como oficiar bodas, bautismos, entre otros.

Creemos que Dios creó a los humanos a Su imagen, hombre y mujer, y que la relación diseñada para el sexo es entre un esposo (hombre biológico) y una esposa (mujer biológica) dentro del vínculo matrimonial. Esta unión física entre hombre biológico y mujer biológica en el pacto matrimonial trae gloria a Jesucristo y expresa amor y obediencia a Él. Las relaciones monógamas de por vida unidas en un matrimonio pactado forman la piedra angular y el fundamento de nuestra sociedad y cultura por el diseño de Dios; la actividad sexual fuera de este contexto desobedece y deshonra a Dios y produce fuerzas destructivas en nuestra sociedad y cultura. Por lo tanto, cualquier actividad sexual fuera de este marco es inconsistente con el diseño de Dios y pedimos a todos los miembros, personal, administradores y voluntarios de la Iglesia Bíblica Bautista Betel que se abstengan de ellas. Todos los que busquen una relación duradera con Cristo se ajustarán a esto viviendo una vida casta en un estado de soltería, en obediencia a las enseñanzas de Jesús.

Esto cruza todos los límites de la orientación sexual, las relaciones entre personas del mismo sexo y los problemas de identidad de género. En términos de identidad de género, no afirmamos la resolución de la tensión entre el sexo biológico de uno y la experiencia de género de uno mediante la adopción de una identidad psicológica discordante con el sexo biológico determinado genéticamente en el momento de la concepción. Del mismo modo, no afirmamos los intentos de cambiar el sexo biológico determinado genéticamente en el momento de la concepción, a través de una intervención médica a favor de la identidad del sexo opuesto o de una identidad indeterminada.

Para aquellos en nuestra comunidad que luchan en estas áreas, respondemos de una manera consistente con la forma en que Jesús ha respondido a nuestras vidas pecaminosas: con amor incondicional y gracia originada en el arrepentimiento y el perdón. Las respuestas contrarias a esto, especialmente aquellas destructivas e intolerantes, no serán toleradas. Más bien nuestra oración es una respuesta comunitaria de amor, confianza, apertura, intachabilidad y lucha por la unidad entre la comunidad de la iglesia.