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El rol sacerdotal del padre (3/4) -Aconseje a sus hijos, o alguien más lo hará (y mal) por usted*

Introducción

De acuerdo con Harrison (2006) la palabra consejo “indica el proceso deliberativo cuyo fruto presumiblemente son decisiones sabias”. El pueblo hebreo tenía su literatura sagrada sapiencial: Proverbios, Job, Eclesiastés, son muestras de ello, y también otras partes del Antiguo Testamento contienen consejos. Por otra parte, el Nuevo Testamento nos manda a “anunciar todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27).

Vivimos en un mundo en control del enemigo, es decir, la mentira es la moneda de cambio, y hemos llegado al principio del adoctrinamiento de la mentira satánica de las ideologías post modernas y progresistas, que no tienen sentido, ni ninguna base científica y muchos menos bíblica. Nuestros hijos corren peligro de ser confundidos en las escuelas donde se les forza a escuchar esas ideologías. Por ello, como nunca antes el papel de consejeros de los padres debe tomar la relevancia e importancia que siempre ha tenido. Es lamentable que muchos padres, entre ellos cristianos, por su negligencia a tomar su papel de consejeros y educadores de sus hijos los han entregado en manos del Estado, para que éste a través de sus instituciones educativas forme el criterio de nuestros hijos.

Edlin (2010) nos advierte que “afirmar que el Estado debe verse más involucrado en todas las instituciones humanas, incluyendo la educación, no es bíblico, ni resolverá los problemas que preocupan a sus ponentes”. ¿Qué criterio piadoso podría formar el Estado en nuestros hijos? ¡Ninguno! Hoy, la educación en las escuelas que antes promovía los valores éticos y morales—y en países como los Estados Unidos de América—los valores bíblicos, es cosa del pasado, ahora se trata de adoctrinamiento en las ideologías basadas en emociones, autopercepción, sentimientos, y no en la objetividad, cuantímenos en la verdad absoluta de Dios. Por ello, el que nuestros hijos sean enseñados y aconsejados en todo el consejo de Dios es una tarea prioritaria para los padres cristianos.

¿Por qué es importante la consejería bíblica para los hijos?

De manera lamentable muchos padres han optado por llevar a nuestros hijos a los psicólogos seculares en lugar de tomar nosotros ese papel en la educación de nuestros hijos. Tenemos la verdad en la Palabra de Dios, la cual es “útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2ª Timoteo 3:16-17). De acuerdo con Cordero (2018) hemos puesto nuestra confianza en teorías conductuales humanas en lugar de la transformación del corazón de nuestros hijos que sólo Dios en su Santa Palabra puede realizar. También Cordero (2018), nos habla de que nuestros hijos también necesitan encontrar su esperanza cada día en Dios y en su Palabra.

La consejería es necesaria para nuestros hijos porque ellos son vulnerables, están en desventaja social y necesitan provisión, guía y cuidado (De Parra, 2021). La consejería en nuestros hijos produce sabiduría espiritual. El joven Timoteo recibió consejería bíblica desde su niñez por parte de su madre y su abuela Loida (2ª Timoteo 3:14-15). Estos principios bíblicos, así como el entrenamiento por parte del apóstol Pablo, hicieron que Timoteo adquiriera sabiduría en asuntos espirituales, lo cual lo condujo a la salvación en Cristo Jesús. La consejería basada en las Escrituras provee al niño con el equipamiento que éste necesita para ser instruido en justicia. Debido a que nuestros hijos necesitan la guía amorosa de sus padres, la enseñanza de las Escrituras proporcionada principalmente por sus padres durante los cultos familiares, para que nuestros hijos sepan discernir lo bueno y rechacen lo malo, en todas las situaciones que enfrenten en su vida. La consejería también prepara a nuestros hijos para toda buena obra, al proporcionarles el carácter formativo en los aspectos psicológico, emocional, actitudinal, tan necesario para hacer frente a los retos de la vida, especialmente el rechazar las tentaciones a las que estarán expuestos en su vida. (De Parra, 2021).

Conclusión

Nuestra sociedad se ha acostumbrado tanto al pecado que se ha vuelto algo común que ya no les asombra, ni enfurece. El adulterio, aborto, la homosexualidad, el incesto y la pedofilia antes causaban estupor en la sociedad, al grado que había leyes que las prohibían y castigaban duramente. Ahora, en tan solo dos décadas, hemos pasado del escándalo de la sociedad antes tales muestras de depravación y maldad, a una normalización colectiva, impulsada por las ideologías postmodernas y sancionadas por un Estado autoritario e impositivo.

De acuerdo con MacArthur (2000) este derrumbe moral ha causado un daño indescriptible a la familia, porque cualquier ataque a las normas y valores morales de la sociedad en un ataque dirigido contra la familia. Los números muestran que la mayoría de las familias modernas son familias disfuncionales y desintegradas, aún entre familias cristianas. Hay un esfuerzo concertado por derrumbar a la familia, especialmente dirigido por grupos que buscan la justicia social, los derechos de la mujer, del niño y por los activistas del colectivo LGBTQ+.

La única salvación de esta sociedad es la proclamación enfática, aguerrida, libre de temores y vergüenza, por parte de la iglesia y especialmente de los padres cristianos, de la supremacía del consejo de la Palabra de Dios, como la única verdad absoluta. Si como padres queremos evitar el derrumbe moral de nuestros hijos y nuestras generaciones, debemos empezar ya a aconsejarlos en la única verdad, en Cristo Jesús, porque de lo contrario alguien más lo hará conduciéndolos a las mentiras diabólicas que buscan su libertinaje moral y esclavitud al pecado.

Referencias

Cordero, V. (2018). ¿Necesitan los niños consejería bíblica? Recuperado el 07 de octubre, 2021 de https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/necesitan-los-ninos-consejeria-biblica/

De Parra, L. (2021). Consejería de Niños, ¿Es necesaria? Recuperado el 07 de octubre, 2021 de https://ministerio.us/consejeria-de-ninos-es-necesaria/

Edlin, R. (2007). El Estado, los Padres y los Maestros. ACSI Latinoamérica: Guatemala.

Harrison, E. F. (Ed.) (2006). Diccionario de Teología. Libros Desafío: Grand Rapids, MI.

MacArthur, J. (2000). Cómo ser padres cristianos exitosos. Editorial Portavoz: Grand Rapids, MI.

*Tomado de Reyes, L. C. (noviembre, 2021). Aconseje a sus hijos, o alguien más lo hará (y mal) por usted. La Fuente, 189, pp. 16-17.